Banco de tiempo


Corría el año 1987. Patrick Swayze y Jennifer Grey hacían bailar a las jovencitas a ritmo de Dirty Dancing, al mismo tiempo que Sabrina hacía enloquecer a los jovencitos, y no tan jovencitos, a ritmo de sus… . Marta Sánchez desconocida y teñida de rubio comenzaba a hacer sus pinitos en la música como integrante del grupo Ole, Ole. En el cine, comenzaba la saga de Arma Letal, y un joven Christian Bale protagonizaba bajo la dirección de Steven Spielberg, El Imperio del Sol (nada que ver con sus registros más actuales de Batman, Terminador y una no menos curiosa interpretación en American Psycho). Mientras Platoon de Oliver Stone se hacía con la estatuilla del tío Oscar, el mundo conoció la historia de Chicago y sus gangsters gracias a Brian De Palma y sus Intocables de Eliot Ness.
En España, el Real Madrid conquistaba la tercera liga consecutiva y se incorporaba a la legislación española la ley de remuneración compensatoria por copia privada o canon por copia privada, cuya recaudación cobraban los autores, editores, productores y artistas asociados a alguna entidad privada de gestión de derechos de autor. Bajo la producción de Sergi SCAF, creador del concurso que actualmente continua en la parrilla (Saber y Ganar), y con con Constantino Romero como presentador, este año comenzaba a emitirse el que a la postre sería uno de los concursos más visto de la época. Su nombre: “El tiempo es oro”.
Y hablando de tiempo:
Paseando por la vieja Iruñea el pasado sábado, día del Casco Viejo, llamó mi atención una mesa informativa situada en la calle Eslava y a cuya cabecera presidía una pancarta que rezaba: “BANCO DEL TIEMPO”.



Nos acercamos a ella con el fin de informarnos y entender de alguna manera lo que esa pancarta trataba de ofrecernos.
El resultado fue de lo más curioso.
En esta época que nos ha tocado vivir, en la que, quien más quien menos tiene la necesidad de aprender, pero no tiene recursos, casi siempre monetarios, para costearse un curso de aquello que quisiera aprender, existen iniciativas como ésta. Situada en el Casco Viejo de Pamplona, “es una red apolítica, aconfesional, y basada en la confianza y el respeto mutuos”.
Y ¿qué ofrecen? Pues eso, TIEMPO.
Se trata de un intercambio de necesidades. Un intercambio de habilidades, necesidades, inquietudes, conocimientos…
Al apuntarte en sus listas, rellenas un cuestionario repleto de ofertas y demandas. Tu te ofreces a enseñar, acompañar, pasar trabajos a ordenador… mientras demandas que te enseñen a cocinar, andar en bici, que te acompañen al cine, que te enseñen informática etc.
Cuando te inscribes y rellenas el formulario, recibes unos vales de una hora cada uno, que podrás canjear en el momento que recibas una clase o realices alguna actividad de otra persona. De esta forma se vuelve, de alguna manera, al trueque de antaño.
Sólo decir que me pareció una curiosa opción para aprender y ofrecer. Una opción que al parecer esta extendida en algunos países de Europa y que ahora está llegando a Pamplona.
Una opción de no malgastar el tiempo que tenemos y de dar al traste con la frase que dice “El tiempo vale dinero”.
Para más información: bdetiempo.blogspot.com