Regalar el producto para conseguir engagement


llave para abrir corazón
Los tiempos están así. Las redes sociales, en especial Facebook, ya no se leen si no van asociadas a un concurso en el que se regala de todo. Incluso hay páginas especializadas en concursos a cambio de visitas a tu web, que hacen una pregunta con un link a la propia web para generar tráfico. Y funcionan, la verdad es que funcionan. Me refiero a que mucha gente pincha en me gusta, comparte, visita la web para contestar la pregunta… con el único objetivo de conseguir el premio.
En turismo y hostelería se están usando estas fórmulas profusamente. Pueden ser un buen modo de dar a conocer un nuevo producto, un menú especial o alguna particularidad del hotel; pero… ¿de verdad pensamos que generan engagement o ligazón a la marca?
Cuando este tipo de acciones pasan de excepcionales a habituales lo que atraemos es público fiel a los chollos, los concursos y las gangas que, en la mayoría de los casos, no son el público adecuado para un negocio de hostelería o turismo.
Existen otras técnicas, menos directas quizá, pero mucho más útiles para el engagement con sentido, de personas que interesen como clientes. Incluso usando gamificación se puede lograr mucha ligazón a la marca con buenos incentivos, pero ¿por qué regalamos el producto? Con un buen storytelling, una buena gestión de influencers y, sobre todo, ofreciendo algo bueno y diferente al cliente, se consigue mucho más y, lo que es más importante, a un precio más atractivo para el establecimiento.
Resulta muy difícil cobrar por algo que regalas constantemente en las redes sociales e internet. Devalúa mucho el producto desde el punto de vista de la imagen. Si lo que se busca es que se pruebe el producto, resulta más eficaz invitar a personas influyentes que sortear el producto al azar.
Y como en la vida, si queremos lograr que se enamoren de nuestra marca… sortear el producto gratis no parece la mejor opción, salvo que se esté desesperado, claro.
En definitiva, que todas las herramientas de marketing son buenas o malas dependiendo de la dosis y, sobre todo, de los objetivos que se quieran alcanzar.